Las hemorroides son el símbolo de que existe una situación molesta que nos lleva al límite y en la que ya no queremos estar: nos queremos ir y no podemos o no lo vemos viable. Biológicamente, la hemorroides nos limita la evacuación, por lo que podemos entender que emocionalmente existe una tensión y un deseo interior de forzar la evacuación, como si intentáramos fuertemente hacer salir algo; pero, al mismo tiempo, la acción de retener se manifiesta. El conflicto entre empujar y retener crea un desequilibrio que simboliza el moverme (huir) y no poder porque tengo que quedarme. 

Puede ser, por ejemplo, que vivimos con padres, más relacionado con la madre, que son muy asfixiantes y nos hagan querer salir de ahí, pero por una u otra razón no podemos. Esta situación asfixiante se puede vivir también como preocupación constante: estamos tan preocupados o alguien se preocupa tanto por nosotros que la situación nos causa un fuerte malestar que nos hace querer estar en otro lugar. Por esta razón, las hemorroides suelen darse en el embarazo, porque la mujer vive bajo una preocupación constante.