Biodiccionario

de Fernando Sánchez

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Ascos

El asco es una emoción primaria que aparece cuando sentimos un fuerte rechazo o repugnancia hacia un estímulo. Biológicamente el asco nos permite la supervivencia, porque nos aleja de estímulos que nos pueden causar un tipo de daño. Sin embargo, conforme vamos creciendo, el asco, además de ser parte de nuestro sentido de supervivencia, se va aprendiendo conforme a nuestro sistema de creencias y nuestras experiencias.    

El asco es una sensación desagradable que se experimenta en la parte alta del estómago y en la garganta que generalmente va acompañada de náuseas o vómitos. Entre algunas de las cosas que pueden causar ascos por supervivencia pueden ser:

El último punto se relaciona con la supervivencia, por un sentido de evitar enfermarse, pero también se relaciona con sistemas de creencias aprendidos, en el que los estornudos, tos o mucosidad se relacionan directamente con la enfermedad, aunque la persona solo tosa o estornude una vez. Además de este ejemplo, algunas de las cosas que pueden provocar asco a una persona, que no se relacionan con el sentido de supervivencia, pueden ser

Los ascos desde la Biodesprogramación

Los ascos desde la biodescodificación

Los ascos son un tema muy complejo porque primero hay que analizar con detenimiento a qué cosas se le tiene asco. Generalmente nadie viene a consulta por un conflicto por asco de supervivencia, ya que es considerado como algo común que puede afectar a cualquiera. Sin embargo, recordemos que en la biodesprogramación analizamos excesos, por lo que generalmente encontramos casos en los que la persona tiene ascos ante cosas que no debería y se repiten constantemente. 

Primero, hay que analizar qué estaba viviendo la persona cuando se presentó por primera vez el asco: hay que recordar las comidas, las personas, las emociones, el lugar y los olores. Cuando hay asco, entendemos que nuestro organismo nos está avisando que hay algo que debe ser expulsado con urgencia o, por otro lado, que debemos alejarnos. El mensaje es tan fuerte que se dispara por cualquiera de los sentidos. Generalmente la situación programante se relaciona con un fuerte trauma, una situación muy fuerte e impactante que la persona vivió y que, al recrear una situación parecida, un olor, un sentimiento, puede desencadenar el asco.

Comprensión amorosa

Si no hay un motivo por el cual sentir asco, hay que ser concientes de que lo que nos provoca el asco está en el entorno, sea una situación, un lugar, una emoción o una persona. Es lo que se conoce como raíle, que es algo de nuestro presente que nos conecta con el evento traumático. Hay que analizar muy bien qué factores se repiten cada que el asco se presenta. 

Comprendido esto, hay que reconocer la importancia de sanar el recuerdo y la perspectiva de ese evento, porque en nuestro presente hay algo que nos está recordando que esa herida no se ha sanado, ya sea porque duele o porque no aceptamos lo que pasó. Hay que comprender y soltar el evento para trascenderlo y poder vivir nuestro presente con felicidad.

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