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Bulimia nerviosa
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La bulimia nerviosa, conocida solo como bulimia, es un trastorno alimenticio en el que la persona se da atracones de comida para, posteriormente, arrepentirse y buscar la manera de purgarse, ya sea con vómito o con algún tipo de laxante. Generalmente las personas viven este trastorno en secreto. Puede suceder a cualquier edad, aunque es muy común en la adolescencia y sobre todo en mujeres.
La medicina oficial desconoce las causas de la bulimia, pero señala muchos factores que pueden influir en el desarrollo de los trastornos alimentarios, como la genética, la salud emocional, factores psicológicos, familiares, sociales, culturales, etc. Lo cierto es que su gravedad se determina por la cantidad de veces en que suceden los atracones. Algunos de los síntomas de la bulimia son los siguientes:
- Ingerir cantidades excesivas de alimentos.
- Atracones durante el momento de comer.
- Después del atracón, vómito.
- Hacer ejercicio excesivo para no aumentar el peso.
- Utilizar laxantes o diuréticos después de comer.
- Depresión.
La bulimia tiene muchos efectos secundarios que llegan a dañar otras partes del cuerpo como enfermedad de las encías, caries, deshidratación e insuficiencia renal, esto a causa de los vómitos; problemas cardíacos, problemas digestivos; autolesiones, pensamientos suicidas; gastritis; poco nivel de potasio en la sangre; estreñimiento; daño en el páncreas; hemorroides, etc.
La bulimia nerviosa desde la Biodesprogramación
En la bulimia se reconoce una situación como bocado tóxico; hay conflictos de identidad y madre tóxica. Es importante mencionar que la bulimia es una constelación en la que se presentan dos conflictos: uno de enojo territorial y el otro un conflicto de miedo o disgusto.
El alimento simboliza a la madre, por la relación de alimentación madre e hijo que se da al inicio de la vida; la madre, por su parte, es el símbolo del amor. El alimento es el motor del cuerpo, así como el amor lo es para el alma. Por esta razón, desde la biodesprogramación, entendemos los trastornos alimenticios como un conflicto de amor con la madre.
La bulimia se presenta como un doble conflicto: por un lado refleja la carencia de amor por parte de la madre y por el otro, un rechazo a ese amor. Este programa se desata en el momento en el que la persona siente una falta de amor por parte de su madre e intenta, a través del alimento, llenarse de esa carencia. Sin embargo, inconscientemente la persona rechaza ese amor, ya que la relación con la madre es conflictiva, y es cuando aparece el vómito.
El conflicto de la carencia de alimento puede venir desde el embarazo: si la madre no aceptó el embarazo o no sintió amor por su bebé, la persona se queda con esa memoria de falta de amor, que despierta en el momento en el que la madre tenga ciertas actitudes que la revivan. También, si durante la primera etapa de vida del bebé, la madre le quita el pecho drásticamente, el bebé se quedó con el programa de que la comida (el amor) se acaba, por eso, en una edad avanzada, la persona tiene la sensación de que el alimento es escaso y hay que comerlo todo y rápido.
Comprensión amorosa
Hay que reconocer bajo qué circunstancias sentimos una carencia de amor. Es necesario explorar nuestra línea familiar y, sobre todo, cómo han funcionado las relaciones con las madres, ya que, si bien hay un conflicto con nuestra madre, puede ser que incluso ella misma esté repitiendo una historia de rechazo que sufrió y que se ha ido heredando de forma inconsciente. Reconociendo nuestra historia y la de nuestra familia, hay que perdonar, dejar ir las creencias que aprendimos para dar la bienvenida al amor y el alimento. Pensar en abundancia nos permite estar en sintonía con el universo y este nos provee todo lo que necesitamos.