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Chuparse el pulgar
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Chuparse el pulgar es un hábito muy común en bebés y en niños, es un reflejo inconsciente de los recién nacidos porque este acto les ayuda a relajarse. Suele ser un hábito que los niños dejan de manera natural alrededor de los 2, aunque en ocasiones es necesario que los padres trabajen de manera activa para quitar este hábito.
Es importante que este hábito se corte porque, después de los 2, puede generar problemas dentales, ya que los dientes empiezan a salir y el paladar también empieza a desarrollarse: la presión constante del dedo puede causar alteraciones en la boca, como provocar una mordida abierta o deformar el paladar.
Desde la medicina oficial se considera que el niño se chupa el pulgar cuando siente ansiedad, inseguridad, aburrimiento o quiere tranquilizarse.
Chuparse el pulgar desde la Biodesprogramación:
Desde la biodesprogramación, chuparse el pulgar es símbolo de búsqueda de la madre. Y es que el dedo pulgar simboliza a la madre, por lo que chuparse el pulgar indica una necesidad de la madre.
Si hubo una separación temprana con la madre o no dio el amor (alimento) suficiente, el niño puede presentar este hábito, porque inconscientemente está en búsqueda de su madre. Si al niño se le quita el hábito obligándolo, pero no se trabaja en el problema real, de adulto puede llegar a presentar este hábito en situaciones en las que esté enfrentado problemas en los que sienta que no recibe el suficiente amor, ya que estará, inconscientemente, buscando a su madre, buscando el amor, porque nunca trabajó esa herida.
Además de la madre, el dedo pulgar es símbolo del Yo, ya que con ese dedo nos apuntamos y, socialmente, es el dedo con el que expresamos si algo está bien (dedo pulgar arriba, como el famosos “like”) o si algo no está bien (dedo pulgar abajo). Por lo que, sumando estos simbolismos con el de la madre, cuando el niño, o un adulto, no se siente bien y desea volver al lugar tranquilo que la madre daba, un lugar de calma, de amor, puede presentar este hábito.
Comprensión amorosa
Es necesario que si un niño presenta este síntoma, se reconozca cuándo lo presenta, quizá lo hace en el kinder cuando su madre lo deja o cuando está con sus abuelos. Reconoce si como madre o padre el niño está recibiendo el amor adecuado y ayudale a que reconozca sus emociones o tú mismo reconoce el estado emocional en el que está; por ejemplo, si tu niño de 1 año después de llorar se chupa el dedo, date cuenta que se está tratando de dar calma, así que ayúdale a gestionar sus emociones de manera adecuada. Si llora estando en casa de los abuelos, ayúdale a que la separación de la madre no se viva de una manera traumática.
Si como adulto llegas a presentar este hábito, reconoce cuándo surge esta necesidad, quizá en un momento de estrés o cuando no te sientes amado, recuerda cómo viviste tu infancia, sobre todo, en cómo fue la relación con tu madre y sana las heridas que hayan quedado abiertas.