Recordemos que los malestares terminados en “itis” señalan una inflamación y, además, una ira o enojo muy profundo. La inflamación señala una irritación que está intentando expresarse. Por lo tanto, la dermatitis, dependiendo de la zona de la piel en la que aparezca, señala una pérdida de territorio o, por el contrario, un contacto forzoso. 

En la pérdida de territorio, generalmente la dermatitis aparece en zonas que solía acariciar la persona que queríamos y que ya no vemos, por ejemplo, si alguien a quien perdí o que ya no veo me besaba en la mejilla, es muy probable que si la dermatitis se presenta sea en esa zona. La dermatitis señala la necesidad de ese contacto.

La dermatitis también señala el conflicto con nuestros padres, por ejemplo, una dermatitis en las manos señala una pérdida del padre o un intento de tener contacto con él, quizá su excesiva autoridad nos lleva a alejarnos. Por otro lado, una dermatitis en los pies indica una relación conflictiva con la madre en la que quiero estar ahí, pero me hace daño. Mientras no sanemos esas relaciones el síntoma no se quitará, incluso si nos alejamos de ellos, cuando estemos ante situaciones o personas con las que nos sintamos igual que con nuestro padres, la dermatitis se puede llegar a activar. 

En el contacto forzoso, la dermatitis también es una reacción ante un contacto que no queríamos o que nos disgustó mucho: nos tocaron sin nuestro consentimiento, en contra de él o nos tocaron donde no queríamos. En este caso puede ser por abusos o porque constantemente me golpeaban. La dermatitis aparece porque no pudimos parar a la persona, por lo que la piel “arde” de ira y provoca esa reacción.