En la diabetes encontramos una constelación de conflictos de resistencia y asco. El azúcar simboliza el amor (la dulzura) y su función dentro del cuerpo es dar energía. Así entonces, desde la biodesprogramación, podemos entender la diabetes como una falta de amor o un sentido de defensa. 

El sentido biológico de la diabetes es evitar que el azúcar (la dulzura) entre en nuestro cuerpo, pues es considerado como peligroso al entrar a mis células (mi ser más profundo). La insulina es la llave que abre las células para que penetre en ellas la glucosa. A su vez, produce una frialdad y una separación en muchas de las relaciones.  

En la diabetes existen dos conflictos presentes: el de “asco” (femenino) y el de “resistencia” (masculino). El conflicto femenino de asco es un conflicto que impide la penetración de algo real o simbólico, mientras que el conflicto masculino de resistencia permite sobrevivir, pero nos aísla. Cuando algo nos da asco, el cuerpo reacciona bajando la insulina en la sangre, porque instintivamente la envía a los órganos para protegerlos. Esto impulsa a comer más, ya que a las células les falta azúcar para funcionar. Por otro lado, la resistencia es masculina porque biológicamente el hombre debe aguantar más tiempo sin comer, porque cuando cazaba, mantenía la insulina en la sangre: debía resistir. 

Podemos entender la diabetes por las siguientes causas. 

En la diabetes tipo 1 no se envía insulina y, por lo tanto, esta no llega a la célula. Tenemos sentimientos como:

• Debo resistir porque hay un peligro.

• La ternura es peligrosa para mí.

• No quiero que entre el amor dentro de mí. 
• El amor es tóxico, peligroso.

En este sentido aparecen usualmente los tocamientos sexuales, maltrato familiar, abusos infantil por parte de quien debe proteger, abandono emocional en la infancia, te quieren pero te pegan, etc.

Podemos hablar de una carencia de amor, por ejemplo, los niños disfrutan los dulces porque están en el periodo de su vida en el que necesitan mucho amor. Así entonces un adulto con carencias afectivas tenderá a darse un gusto con un dulce o con la comida en general, intentando compensar esa carencia. 

En la diabetes tipo 2 la insulina está disponible, pero la célula impide su penetración. A menudo estas personas son hiperactivas, tienen la necesidad de acumular energía. Casi siempre implica sentir: 

• Casa dividida por dos; cuerpo dividido por dos. Puesto que mi cuerpo es mi casa, mi país y mi tierra es una extensión de mi cuerpo. Cuando otras personas entran en mi casa, no me toleran o no los tolero, me aislo o me aíslan (resisto). 
• Las relaciones frías y distantes dentro del clan o sociedad producen aislamiento.
• Existe cierta noción de impotencia muscular o psíquica puesto que hay un enfrentamiento con una autoridad, país, policía, padre, etc, al que se resiste: “Quiero dulzura pero recibo tortura”.

En este sentido, la diabetes también se entiende como la acumulación de azúcar para una pelea, es como si fueran las reservas para poder estar listos a un enfrentamiento. Esto es que hay una situación o persona con la que queremos pelear o a la que es necesario enfrentar, pero no nos atrevemos y nos quedamos callados. 

En la diabetes gestacional se dan con dos conflictos emocionales vividos en los 3 primeros meses de gestación:

• Resistir una situación negativa con el bebé más la repulsión a que exista algo negativo.
• Se reactiva una memoria de la infancia con sentimientos desagradables.
• Se activa una memoria transgeneracional, pueden ser muertes en el parto, concepciones fuera del matrimonio, embarazos rodeados de conflicto, etc. 
• La diabetes se desarrolló por primera vez en el primer embarazo y este se mantuvo como raíl que se activa en los demás embarazos.