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Disfunción eréctil: Biodesprogramación
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El cerebro cumple una función importante al momento de provocar una erección. Primero, es necesario que se active la sensación de excitación sexual: para esto, hay varios factores involucrados, como las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos. Cuando hay excitación sexual, pero no hay erección, podemos hablar de una disfunción eréctil.
La disfunción eréctil, conocida como impotencia, es la incapacidad para lograr o mantener una erección al momento de tener relaciones sexuales. Sus síntomas pueden incluir: problemas para tener o mantener una erección y disminución del deseo sexual. De acuerdo con la medicina oficial, la disfunción eréctil se debe a una combinación de cuestiones físicas y psicológicas. Algunas de las cuestiones físicas que se cree pueden ser causa de la disfunción eréctil son las siguientes:
- Trastornos del sueño.
- Consumo de tabaco.
- Colesterol alto.
- Presión arterial alta.
- Enfermedades cardíacas.
- Vasos sanguíneos obstruidos.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Parkinson.
- Esclerosis múltiple.
- Abuso de alcohol y de otras sustancias.
- Cirugías o lesiones que afectan la zona pélvica.
- Testosterona baja.
Algunas de las cuestiones psicológicas que se cree que pueden ser causa de la disfunción eréctil son:
- Baja autoestima.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Estrés.
- Preocupación.
- Problemas de pareja.
La disfunción eréctil desde la Biodesprogramación
En la disfunción eréctil encontramos un conflicto de separación e impotencia. Las relaciones sexuales nos sirven en dos sentidos: para tener placer o para tener hijos. Si hay un problema de disfunción eréctil, significa que no se quiere, no se siente con ganas de tener hijos, hay miedo por embarazarse, la persona no se siente merecedora de tener placer, hay fuertes creencias de que el sexo es malo, etc. La disfunción eréctil se puede deber a varios conflictos:
- Conflicto de castración. El hombre está pasando por problemas con el “macho dominante”: hay una ausencia del padre, o figura similar, o un rechazo del mismo.
- Conflicto de desvalorización. El hombre siente que no está a la altura, que no merece placer o no está listo para tener hijos. Tiene un complejo de inferioridad.
- Conflicto de separación. El hombre se siente separado de la mujer o quiere separarse. En este término, existe un no querer darle placer a la mujer. También, si la mujer representa simbólicamente a la madre, este puede ser un factor importante.
- Conflicto transgeneracional. Puede ser que en el árbol exista alguien, quizá un doble del hombre, que no quería tener hijos o que tuvo muchos y eso fue un conflicto.
Comprensión amorosa
Es necesario que el hombre reconozca qué problemas externos e incluso internos del acto sexual lo pueden llegar a estar afectando. Los hombres generalmente suelen vivir las cosas en silencio y no hablar de sus problemas. Sin embargo, es necesario tomar conciencia de la necesidad de expresar las emociones, problemas que día a día van afectando su masculinidad. El hombre debe tomar conciencia de lo que quiere y lo que no. Es necesario que se valorice de nuevo.