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Distimia o depresión crónica
Presencial o en linea con el equipo de Fernando Sánchez
En esta entrada conocerás qué es la distimia y su significado emocional desde la Biodesprogramación de Fernando Sánchez.
La depresión es un trastorno emocional que afecta negativamente nuestros sentimientos, pensamientos y acciones y modifica nuestra percepción de la vida y nos hace perder el interés en la misma y vivir en una tristeza profunda. De acuerdo con la medicina oficial, cuando la depresión supera los dos años, se conoce como trastorno depresivo persistente o distimia. La distimia es un tipo de depresión crónica continua que afecta la vida de las personas.
Puede haber episodios de depresión y los síntomas pueden variar con el tiempo, pero generalmente no desaparecen por mucho tiempo. Los síntomas de la distimia pueden ser:
- Desánimo.
- Tristeza.
- Sensación de vacío.
- Pérdida de interés en las actividades cotidianas.
- Cansancio y falta de energía.
- Baja autoestima.
- Sensación de incapacidad.
- Confusión.
- Problemas para tomar decisiones.
- Dificultad para hacer las tareas en tiempo y forma.
- Irritabilidad.
- Evitar actividades sociales.
- Sentimientos de culpa.
- Preocupación por el pasado.
- Falta de apetito o comer en exceso.
- Problemas para dormir.
- Desesperanza.
La distimia suele ser común en niños y los síntomas pueden ser los mismos y los caracteriza el estado de ánimo deprimido e irritabilidad, son impacientes y se enojan con facilidad.
Biodesprogramación de la distimia:
Podemos hablar de que en la distimia hay conflictos generales de desvalorización y pérdida de territorio.
El territorio es todo aquello que nos da sentido y pertenencia, como nuestro trabajo, familia, relaciones, sentimientos, pensamientos, etc. La depresión, y por lo tanto la distimia, aparece cuando hay una pérdida de territorio, ya sea real o imaginaria. Esta pérdida de territorio nos lleva a una desvalorización en la que lo que creíamos o lo que queríamos y lo que tenemos frente a nosotros son cosas muy distintas. Por está razón, la depresión es muy común en la adolescencia, porque los cambios de la niñez a la adolescencia, tanto corporales como culturales, son muy significativos.
La Nueva Medicina Germánica señala que una persona puede sufrir de depresión cuando sufre dos conflictos al mismo tiempo. El primer conflicto involucra el hemisferio cerebral derecho, donde podemos encontrar:
- Miedo territorial: por ejemplo, sentimos que nuestra relación está a punto de terminar y no queremos.
- Pérdida territorial: por ejemplo, nos despiden del trabajo.
- Enojo territorial: por ejemplo, alguien está invadiendo mi hogar y está haciendo críticas.
El otro conflicto involucra el hemisferio cerebral izquierdo, más relacionado con la manía, donde podemos encontrar:
- Conflicto de susto/miedo.
- Conflicto sexual.
- Conflicto de identidad.
- Conflicto de marcaje territorial femenino.
El que la persona se torne depresiva o maníaca se encuentra determinado por el sexo, la lateralidad y por el estado hormonal.
Si la distimia aparece en los niños o en los jóvenes, hay que buscar en el embarazo de la madre pérdidas significativas, ya sea reales o imaginarias; o también hay que buscar cómo vivió la madre el embarazo, porque si ella vivía con depresión, este programa puede activarse en los hijos. Es importante saber si el padre o la madre son depresivos, o si los hijos son dobles de una persona que fue o es depresiva, lo será también el hijo por ser solidario con sus antepasados o porque aprendió que así se vive.
Comprensión amorosa
Es importante mencionar que el sentido biológico de la depresión es una falta de vitalidad. Al final, la distimia es una respuesta de defensa ante la pérdida: si no hacemos nada, si no nos relacionamos, si no actuamos, nuestras posibilidades de perder disminuyen y así también evitamos el sufrimiento y el dolor. Sé consciente de que la depresión es una protección, un método de defensa que nos quiere prevenir de las pérdidas. Pero toma conciencia de que al no estar haciendo nada para no perder, no estamos viviendo y limitamos nuestra experiencia humana. Conoce tu historia, tanto familiar como individual, reconoce las pérdidas que ha habido y aprende de cada una de ellas.