Generalmente las personas que sufren de la rodilla son personas rebeldes, con carácter fuerte, no les gusta que les digan cómo hacer las cosas; sin embargo, cuando se encuentran frente a otra autoridad u otra figura rebelde que los hace sentir oprimidos, inician una lucha interna y externa por defender su manera de hacer las cosas. Esta sensación de opresión, por el carácter de la persona, se vive en exceso y se hace estrés en la rodilla, símbolo de sumisión y obediencia.

Dependiendo de si la persona es zurda o diestra y dependiendo de la rodilla que duela, podemos entender qué figura es la que está causando problemas: por ejemplo, una mujer diestra que le duele la rodilla izquierda, refleja a su madre; si doliera la derecha, sería la figura del padre. Con esto nos referimos a que puede ser que haya tenido problemas de autoridad con la madre, pero si en el presente ya no vive, hay que encontrar personas que estén representando a la madre o causando los mismos sentimientos que ella le hacía sentir. 

Es importante mencionar que estas personas en algún punto dijeron algo parecido a: “jamás me voy a dejar arrodillar por nadie”. Quizá vivieron una relación difícil con alguien que los sometía o los quiso someter, por lo que cada vez que se enfrenten a alguien que los haga sentir que de alguna forma su autoridad o independencia se ve sometida o esté en peligro, harán un estrés y posteriormente dolerá justo para evitar que la persona se arrodille, ya que el dolor no lo permitirá. 

Es necesario también buscar gente en nuestros ancestros que ha sido sometida, ya que este programa viene desde el árbol transgeneracional: alguien vivió sometido, quizá hubo esclavos o, por ejemplo, hubo mujeres que vivieron sometidas a sus maridos. Estos ancestros y ancestras seguramente lucharon por liberarse, pero algo o alguien no se los permitió: la persona viene a sanar ese sometimiento.