Encontramos conflictos de miedo y separación. En la epilepsia, al igual que en el parkinson, los movimientos que se hagan durante los ataques de epilepsia nos dicen qué movimientos hubo en el momento del conflicto o trauma: puede reflejar los movimientos que se quisieron hacer y que no se hicieron, como movimientos para defenderme.  

Desde la biodesprogramación podemos saber que al darse una epilepsia entre los primeros nueve años de vida, podemos hablar de un evento sucedido en el vientre materno o por ciclos. Pero hay que ir más profundamente. 

Si cuando hay ataques de epilepsia hay sensación de ahogo o asfixia, por lo regular se debe a madres que son sobreprotectoras, que “asfixian” a sus hijos con tanta protección. Sin embargo, esto también viene desde el vientre, ya que generalmente estas madres sobreprotectoras, inconscientemente por proteger a su bebé, llegan a ahorcarlo. Aunado a esto, si la madre se enfrenta a una situación que la asusta o que eleva su presión, esto puede causar que la madre jale el cordón y ahorque al bebé.

Este acontecimiento queda guardado en la memoria biológica del bebé que, en el momento en el que alguna situación parecida a la que vivió su madre se repita, se desencadenarán los síntomas. Por ejemplo, un niño de seis años se empieza a convulsionar al subirse por primera vez a una bicicleta y de ahí es diagnosticado con epilepsia y solo cuando va al parque sufre de esos ataques: puede deberse a que su madre, estando embarazada de seis meses, vio un accidente de bicicletas en un parque y eso la impactó mucho, quizá llegó a paralizarla, síntoma que sufre su hijo cuando le da epilepsia. 

En el sentido de la sobreprotección, la epilepsia también se puede desencadenar si alguien con quien nos sentíamos protegidos se va y entonces sentimos un peligro constante. Esto también tiene una clara relación con el vientre materno, quizá en el embarazo el padre se fue o amenazó con irse y esto asustó a la madre o ella se sintió atacada o agredida de alguna manera. Esto se puede desencadenar mucho tiempo después, por ejemplo, un joven de treinta años que cuando se divorcia se le desata la epilepsia.      

Sin embargo, es necesario analizar los movimientos del epilepctico para poder ver con claridad lo que está sucediendo. Si acaso la madre no tuvo algún problema en el embarazo, podría ser que la persona sea doble de alguien que se suicidó y que esté sufriendo eso como parte de su herencia biológica.  

Al final de cuentas la epilepsia es como una pequeña muerte en el que las células dejan de funcionar como normalmente lo hacen y se separan de la realidad. Esto también señala un conflicto del que queremos escapar, ya sea ese detonante en el vientre materno o alguna otra situación que nos causó ganas de no estar ahí:

• Una epilepsia con desmayo significa que la situación es para mí tan estresante que habría preferido escaparme de la realidad durante el conflicto.
• Si los brazos se dirigen hacia adentro durante los espasmos, significa que deseo, pero no puedo tener a alguien conmigo. Una posición embrional durante los espasmos significa que el conflicto es de defensa, de estar sin protección. Si la posición es contraria, hacia afuera, significa que el conflicto está en extrañar la cercanía de alguien.